agosto 16, 2025
FARANDULA

Sexo, mentiras y escándalo en un pequeño pueblo. Con razón ‘The Hunting Wives’ es un éxito en Netflix

‘The Hunting Wives’ sigue triunfando en Netflix y la actriz Jaime Ray Newman nos ayuda a entender por qué no podemos dejar de verla. (Netflix)

La semana pasada, cuando la estrella de la serie The Hunting Wives, Jaime Ray Newman, viajaba en un pequeño ferry cerca de Vancouver Island, vivió en carne propia cuánto revuelo ha generado este drama cargado de sensualidad.

Newman, quien interpreta a Callie —una texana pelirroja y explosiva—, escuchó a un grupo de amigas discutir qué serie verían después en maratón. Cuando una de ellas mencionó The Hunting Wives, dos mujeres que no eran parte del grupo se metieron en la conversación: “¡Oh, por Dios, la acabamos de ver! ¿Ya la viste tú?”

“De repente, todo el barco empezó a hablar de The Hunting Wives”, cuenta Newman a Yahoo. La actriz había cambiado de look desde el estreno de la serie, así que al principio no la reconocieron. Pero cuando un productor que la acompañaba la señaló como parte del elenco, todo cambió. “De pronto, era Julia Roberts en el ferry. Todas querían selfies”, recuerda entre risas.

El furor es evidencia clara de que The Hunting Wives es el fenómeno del momento. La semana pasada, la serie acumuló más de 2 mil millones de minutos vistos en Netflix, según datos de la plataforma de análisis Luminate. Eso representa más del doble de lo que consiguió en su semana de estreno, un logro notable para una producción con licencia de transmisión solo en EEUU. La serie sigue en el Top 10 de Netflix.

Basada en la exitosa novela de May Cobb, la historia sigue a Sophie (Brittany Snow), una mujer que se muda con su familia de Boston a Texas. Al instalarse en un pequeño pueblo, Sophie se enreda peligrosamente con una socialité llamada Margo (Malin Akerman), arrastrada en una espiral de obsesión, seducción y asesinato. También hay política, armas y un toque de diálogos cursis. Pero más allá de su premisa provocadora, ¿qué hace que esta serie subidita de tono conecte tanto con el público?

El factor sorpresa

Desde escenas candentes hasta giros inesperados, The Hunting Wives lleva todo al límite. Eso es especialmente cierto en la forma en que la serie explora el sexo.

Uno de los ejemplos más notorios es el acuerdo matrimonial poco convencional entre Margo y su esposo, Jed Banks —un decadente magnate petrolero interpretado por Dermot Mulroney—, que les permite a los dos acostarse con otras mujeres. Y ambos lo hacen… con mucha frecuencia. El personaje de Akerman comparte momentos íntimos con los personajes de Brittany Snow y Jaime Ray Newman. Además, hay una línea argumental en la que mantiene relaciones con el hijo de su mejor amiga, un adolescente apenas mayor de edad.

Aparte de Sex/Life (2021), esta podría ser la serie original más atrevida que Netflix haya lanzado. Hasta hace solo dos meses, The Hunting Wives estaba planeada para estrenarse en Starz. Como explicó Brittany Snow a Glamour, el elenco filmó la serie pensando que llegaría a una audiencia más pequeña y que posiblemente se convertiría en un “clásico de culto”. Pero Netflix cambió la ecuación -y con una audiencia de streaming mucho mayor, también llegan muchas más opiniones.

En cuanto a la desnudez, sí: está pensada para provocar. «Nadie que pone a tantas personas desnudas en televisión lo hace únicamente con fines educativos o artísticos”, escribió Linda Holmes para NPR, aunque también destacó que “todo el mundo parece estar pasándola increíble, y sin ocultarlo”.

Snow dijo a Glamour que no sintió que las escenas de desnudo fueran «gratuitas e innecesarias, donde estamos mostrando esta imagen del cuerpo de una mujer sin razón».

«Todo es parte de la historia que hay que contar, en especial por la forma en que Margo manipula y ejerce poder sobre Sophie. Las escenas sexuales tienen que estar ahí porque Margo utiliza su sexualidad y seguridad para hacer que Sophie sienta que, por fin, alguien la ve», señala Snow.

Claro que el sexo no es lo único que tiene a todos hablando de la serie, aunque la escena del sexo anal del episodio 7 podría ser el momento más impactante de todos. «Con todo respeto, el núcleo de la serie es su lujuria indescriptible e imposible de ignorar», escribió Rolling Stone. Además, hay muchas travesuras salvajes que convierten a The Hunting Wives en una maratón desenfrenada.

En uno de los episodios, las esposas se alistan para una cacería de jabalíes, y luego de que Callie mata a uno tranquilamente, las mujeres celebran con un brunch lleno de mimosas, chismes y un juego de «yo nunca» que termina con una confesión de homicidio involuntario. Eso acaba con la fiesta… hasta que dos personajes se lanzan a una noche descontrolada con alcohol y Xanax e invitan a hombres jóvenes a un juego de «gira la botella».

También hay suficiente sátira política como para incomodar a ambos lados del espectro ideológico. Akerman ha dicho que su personaje está inspirado en Melania Trump, y una subtrama sobre el aborto viene acompañada de discursos antiabortistas. Algunos críticos han calificado la serie como una “telenovela bisexual y desquiciada sobre la guerra cultural”, con cada episodio llevando los límites un poco más allá de lo esperado.

Y aunque todo ese caos mantiene el entretenimiento al máximo, es justamente parte del encanto de la serie. The Hunting Wives no es un drama de prestigio como Succession o The Crown —es tu nuevo placer culposo, lleno de escándalos y servido con un vaso bien frío de whisky. Detrás del sexo, los juegos de poder y el misterio de un asesinato por resolver, The Hunting Wives tiene claro lo que es: una fantasía brillante, escandalosa y adictiva que no pretende tomarse demasiado en serio.

Escapismo en su máxima expresión

Con frases mordaces como “ella es una élite costera con varios cadáveres a cuestas” o “los matrimonios abiertos son cosa de liberales”, y ese estilo caótico sureño, The Hunting Wives se trata, ante todo, de pasarla bien.

«Hay temas serios que abordamos, pero no nos quedamos ahí mucho tiempo. Queremos entretener”, explica Newman, quien atribuye ese enfoque directo y sin filtros a la creadora del show Rebecca Cutter.

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