Cuando tenía 5 años Leonel Ayala recogió los restos de una pelota de fútbol que habían destrozado mientras jugaban en su casa de Florencio Varela, en la provincia de Buenos Aires, y con la ayuda apenas de una aguja e hilo lo reparó en pocos minutos.
«Una de las cosas que más recuerdo de mi hermano es que era la persona más recursiva e ingeniosa que he conocido», le dice a BBC Mundo David, su hermano mayor.
Leonel es una de las víctimas fatales que ha dejado la aplicación clínica de un lote de fentanilo contaminado en Argentina, en el que ha sido calificado de uno «los escándalos más grandes de la salud en la historia del país».
Son 87 muertos, de acuerdo al juez que lleva el caso, aunque la prensa local indica que hay otros nueve casos en investigación.
De acuerdo a las autoridades que investigan las muertes, desde finales del año pasado se presentaron casos de pacientes ingresados a distintos hospitales del país para ser tratados por distintas dolencias que, tras recibir fentanilo como analgésico contra el dolor, murieron debido a una grave infección bacteriana.
Sin embargo, no fue hasta mayo de este año que, tras las denuncias de varias instituciones médicas, se tuvo conocimiento de estas irregularidades con el fentanilo clínico.
Las investigaciones señalan que al menos 300.000 ampollas de fentanilo resultaron infectadas por bacterias ultrarresistentes y fueron distribuidos en distintos centros médicos de Argentina.
La mayoría de esas ampollas fueron producidas por los laboratorios HLB Pharma Group y Ramallo, que están siendo investigados por las autoridades locales.
Según informó el juez federal a cargo de la causa, Ernesto Kreplak, los peritos médicos pudieron detectar la presencia de las bacterias Klebsiella pneumoniae y Ralstonia pickettii tanto en las personas que murieron como en los frascos que contenían el fentanilo.
«Fueron dos lotes, uno de los cuales tuvo alta circulación y se aplicó ampliamente. Del otro no se llegó a administrar ninguna dosis», dijo el juez a la cadena radial Radio con vos.
Los familiares, en tanto, reclaman no solo que se haga justicia contra los responsables de la negligencia médica, sino que se elaboren protocolos que permitan la trazabilidad de ciertos medicamentos.
«El fentanilo no se consigue en una farmacia. Es de uso directo, por lo que no hay manera de determinar con precisión qué lote fue usado o cuáles ampollas siguen infectadas», explica David.
El caso de Leonel
A mediados de marzo de este año, Leonel Ayala, un licenciado en educación musical, comenzó a sentir un dolor abdominal que poco a poco se fue agravando.