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Una vez disipado el efecto sorpresa con el que la temporada pasada se llevó el Scudetto, el inesperado campeón Nápoles vuelve a la Serie A con ambición, como lo demuestra su mercato y la llegada del talentoso centrocampista belga Kevin de Bruyne.
Luego de diez temporadas en el Manchester City, donde lo ha ganado todo, en especial seis Premier Leagues y una Liga de Campeones, De Bruyne entra en un nuevo mundo.
En el sur de Italia descubrirá la pasión desbordante de los napolitanos por su equipo de fútbol, la probada inflexibilidad de su entrenador Antonio Conte y un centro de entrenamiento muy alejado del ultramoderno y lujoso que tenía en Mánchester.
Pese a que los vestuarios del centro de entrenamiento de Castel Volturno son rudimentarios y sus terrenos de juego criticados por el propio Conte, al punto que casi provoca la salida del técnico al término de la pasada temporada, De Bruyne, de 34 años, no tiene dudas.
«Nápoles es el sitio ideal para mí, es un club que tiene ambición y que me permite jugar al más alto nivel», declaró a finales de julio.
«Nuestro objetivo es ser tan competitivos en Liga de Campeones como en el campeonato. Después de haber pasado tanto tiempo en la Premier League, todo es nuevo para mí, pero estoy confiado», aseguró el internacional belga (111 partidos con la selección, 31 goles).
– Amigos desde los 13 años –
En Nápoles, De Bruyne se reencontrará con su compatriota Romelu Lukaku, gran figura junto al escocés Scott McTominay del título 2025 y jugador fetiche de Antonio Conte.
«Nos conocemos desde que tenemos 13 años, eso va a facilitar mi integración y entendimiento del fútbol italiano».
Para Conte, molesto por el escepticismo que ha levantado la llegada del belga, De Bruyne «todavía tiene mucho que dar al fútbol».