Una intensa tormenta de arena ha envuelto a varias regiones de Irak en una densa nube anaranjada, reduciendo la visibilidad y causando graves problemas respiratorios. Más de 5,000 personas han sido hospitalizadas, y al menos una ha fallecido en Bagdad. Las autoridades han instado a la población a quedarse en casa y protegerse con mascarillas, mientras expertos advierten que este tipo de fenómenos serán cada vez más frecuentes debido al cambio climático y la desertificación.